Que Madrid es una ciudad única, mágica y muy especial, eso lo saben sus habitantes y los visitantes, tantos los que se quedaron a vivir como aquellos que vienen de paseo y se vuelven a sus hogares. Hace un par de domingos atrás, quedó demostrado que Madrid no es cualquier ciudad, ya que más de 1000 ovejas han cruzado su centro convirtiéndola en la única capital del mundo por la que pasa un rebaño trashumante.
Organizada por el 'Concejo de la Mesta' y 'Trashumancia y Naturaleza', la Fiesta de la Trashumancia (*) ha celebrado su decimosexta edición con el paso de una nutrida comitiva en la que junto a las lanudas ovejas, no faltaron mastines, carretas de bueyes, pastores y una representación de la gente que pueblan las más importantes comarcas pastoriles de España.
La ruta pastoril ha salido a las 10 horas de la Casa de Campo por el Puente del Rey para llegar media hora después a la catedral de La Almudena. El rebaño ha continuado por la calle Mayor hasta llegar a la plaza de la Villa. (Hubo algún que otro cambio de recorrido en el medio) Allí, en la Plaza de la Villa, siguiendo la tradición, el pastor mayoral ha entregado a un representante del Consistorio de la Villa y Corte matritense los 25 maravedíes -moneda española del siglo XV- estipulados por la Concordia entre los Hombres Buenos de la Mesta de los Pastores y los Procuradores del Concejo de la Villa de Madrid firmada el 1418 como pago para atravesar las dehesas y prados de la capital durante cuatro días, a razón de 50 maravedíes por millar.
Unos cien mil madrileños salieron a la calle a ver a las trashumantes que, por primera vez en muchos años, cruzaron una Puerta del Sol ya libre de obras.
Párrafo aparte; era un día de mucha humedad ambiente y el olor a bosta (hay que decirlo), de todos los animales, era bastante fuerte y se sentía en todo el área céntrica, pero, luego del variopinto desfile, y, mientras personajes populares bailaban danzas típicas en la Puerta del Sol, se limpió todo el centro en cuestion de minutos. Admirable.
(*)Pastoreo estacional que consiste en pasar el ganado desde las dehesas de invierno a las de verano y viceversa.