Impresiones. (Un pequeño resumen de lo que vi y viví en Estocolmo en 5 días).Todo el mundo anda en bicicleta. En una ciudad donde hay carriles exclusivos y semáforos, en aquellos cruces con mucho tráfico de bicicletas. Las bicicletas quedan en los estacionamientos o en cualquier lugar habilitado para dejarlas, sin cadenas ni candados y ahí donde las dejaron sus dueños, ahí las van a encontrar cuando vayan a buscarlas, a la hora o al otro día.
Los niños son los verdaderos reyes y amos de la ciudad. Los padres que viajen con niños no pagan pasaje en ningún medio de transporte. Todo esta armado en función del bienestar de los niños. Las madres tienen 1 año de licencia por maternidad que se la pueden tomar cuando deseen y los padres tienen 6 meses de licencia por paternidad. Se les guarda el puesto de trabajo mientras continúan cobrando su sueldo.
Los supermercados tienen dos sistemas de caja para cobrar; una la conocemos todos, vas con tu changuito a la caja, la cajera escanea los productos, te dice tanto y vos pagas, en efectivo o tarjeta. La otra opción son las cajas en las cuales vos haces todo, pasas todos los productos por el escáner y cuando el ordenador te dice es tanto, sacas tu tarjeta de crédito o débito, pagas, llenas las bolsas y te vas a tu casa.
No hay rejas. Las casas no tiene rejas ni en las puertas, ni en las ventanas, ni en los jardines, ni en el campo en las afueras de la ciudad. Si hay unos simbólicos cercos de madera de 50 cm de altura, en aquellos lugares donde hay casas con jardines. Los departamentos ubicados en las plantas bajas de los edificios tienen todas sus aberturas hacia zonas comunes de parque o de circulación (senderos que vienen de la calle o de los garajes) y la gran mayoría tiene un comedor armado con su mesa, sillas, tumbonas, una barbacoa (una pequeña parrilla) o casos en los que vimos pequeños armarios llenos de cosas, la bicicleta o los juguetes de los niños, ahí sueltos y las puertas y ventanas abiertas.
Estocolmo es una ciudad “acuática”, atravesada por una cincuentena de puentes, que se levanta sobre 14 islotes rocosos en el lugar donde el lago Malar se vierte en el mar Báltico. El agua potable que sale de las canillas es purísima y procede de los lagos Malar y Bornsjon en los que no hay vertidos industriales. En la ciudad reina la naturaleza, que sumando la vegetación y el agua cubre las dos terceras partes de la ciudad. En la ciudad se puede pescar salmones, acampar en un parque, esquiar en los jardines públicos, bañarse en las puras aguas del lago, pasear en barco o caminar por sus bosques o disfrutar de los atractivos propios de la ciudad.
Medios de transporte. Estocolmo no es una ciudad económica, los precios se sitúan entre un 15/20 % más que en Madrid. Un pasaje en metro (T-banna) cuesta 20 coronas (4 €) si se lo compra en la estación y 30 coronas (3 €) si se lo compra en un estanco o kiosco. Ese billete sirve para una hora y se pueden tomar todos los medios transportes disponibles en la ciudad, metro, bus o tranvía. Lo más práctico (al menos en mi caso) fue comprar una tarjeta SL card 72 horas a 190 coronas (€19) con lo cual durante 3 días la utilizas para ir a todos lados las veces que quieras y en los medios de transporte que desees, todos son puntuales, cómodos y modernos.
La policía, ni la vimos, la criminalidad es prácticamente 0, el sentido cívico de los suecos está sumamente desarrollado, respetan el medio ambiente, (no hay un papel en el suelo), respetan los códigos de circulación, nadie pasa un semáforo en rojo, todos caminan por el paso de cebra, todos esperan su turno, (nadie se cola en ningún lado, sacan su numerito y esperan a ser llamados por la pantalla) todos los lugares públicos disponen de una rampa de acceso para sillas de ruedas y cochecitos para bebes. No gritan, se habla normalmente, es un placer recorrer un museo, caminar al aire libre, sentarte en un parque o en un restaurant y disfrutar de una charla o de los silencios, todo el mundo se respeta y respeta a los demás y en los edificios el código de convivencia respecto de los ruidos es muy estricto (al más mínimo ruido se llama a la policía y eso queda en tu historial de inquilino al cual puede acceder todo el mundo).
El gobierno regula la venta de bebidas alcohólicas, en los supermercados solo se pueden comprar bebidas con una graduación alcohólica menor al 3.5%. Si querés de más graduación, tenés que ir a comprar a una de las tiendas del estado.
Podría seguir enumerando cosas, pero para muestra, basta un botón.
En fin. Me gustaría hacer comparaciones pero prefiero evitarlas. Pero que se puede, se puede, los suecos lo han demostrado. Sólo es cuestión de voluntad y sentido común, que es el más común y el menos usado de los sentidos.
Fotografías de arriba hacia abajo: Gamla Stan desde el puente de Skeepsholms-bron.
La isla de Riddarholmen.
El Ayuntamiento. En su interior, en el salón azul, se lleva a cabo la cena de gala de los premios Nobel.
La cotizada av. Stranvagen.
La cotizada av. Stranvagen.
Ganla Stan desde Katarinahissen.
Otra vista de Gamla Stan.
Palacio de Drottningholm, la residencia real.
Konserthuset, con la escultura de Carl Milles, Orfeo, detrás las torres de la city holmense.
Konserthuset, edificio azul, donde se lleva a cabo la ceremonia de entrega de los premios Nobel.
Se trata del oceanográfico más grande Europa con 110.000 metros cuadrados y 42 millones de litros de agua.
la ciudad.
playas de Pinedo y las bellísimas playas del L`Arbre del Gos, El Saler, La Garrofera, la Devesa (única playa salvaje dentro del municipio). A la playa del Saler fuimos el sábado a la tarde, pero como estaba fresco y nublado no había nadie, así que aprovechamos para tomar mates y caminar, y a la noche, como no podía ser de otra manera, la cita obligada con una buena paella Valenciana en un restaurante típico. ¡Un manjar!
