martes, 30 de abril de 2013

Ventanas







El que desde afuera mira por una ventana abierta, nunca ve tantas
 cosas como el que mira una ventana cerrada. No hay objeto más
 profundo, más misterioso, más fecundo, más tenebroso, más
 deslumbrador, que una ventana iluminada por una vela. Lo que se puede
 ver al sol, siempre es menos interesante que lo que pasa detrás de un
 vidrio. En aquel agujero negro o luminoso vive la vida, sueña la vida,
 padece la vida.

Mas allá de las olas de los tejados, veo una mujer, madura y arrugada
 ya, pobre, inclinada siempre sobre algo, sin salir nunca. Con su
 rostro, con su vestido, con su gesto, con casi nada, he reconstruido
 la historia de aquella mujer, o, mejor, su leyenda, y a veces me la
 cuento a mí mismo llorando.

Si hubiera sido un pobre viejo, yo hubiese reconstruido la suya con la
 misma facilidad.

Y me acuesto, orgulloso de haber vivido y padecido en seres distintos de mí.

Acaso me digáis: "¿Estás seguro de que tal leyenda sea la verdadera?"
 ¿Qué importa lo que pueda ser la realidad colocada fuera de mí si me
 ayudó a vivir, a sentir que soy y lo que soy?

CHARLES BAUDELAIRE

 Fotografía; Casa Rossell, Ordino, Principado de Andorra.

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