jueves, 28 de marzo de 2013

Trolls nórdicos



Revisando un álbum de fotografías de Oslo, Noruega, encontré algunas fotos muy divertidas que les saqué a unos trolls que vendían en una tienda, muy cerca del departamento donde estábamos parando. Tanto me llamaron la atención que entré y compré uno. Pregunta va, pregunta viene la vendedora me contó una pequeña historia. Aquí un pequeño resumen, si la memoria no me falla:

 “En el norte, cerca del círculo polar, hay muchos trolls, han vivido siempre en el bosque y en las montañas, están allí desde mucho antes de que llegaran los humanos. Hace millones de años Noruega estaba cubierta de hielo, luego la tierra fue cambiando poco a poco y aparecieron las montañas, los valles y los ríos... entonces ahí, aparecieron los primeros trolls.
Son seres simpáticos, tienen una nariz larga, cola y huelen a la legua a los humanos, les molesta mucho nuestro olor y suelen huir de nosotros. Los hay con varias cabezas pero la mayoría tienen una sola. Viven en cavernas, son muy ricos ya que se han pasado años acumulando tesoros y tienen debilidad por las princesas. Hay trolls muy buenos que aman a los animales pero también los hay muy malos y de estos les voy a hablar para que extremen precauciones.
En el bosque a veces desaparecen hombres porque han tenido mala suerte y se han encontrado con las mujeres trolls. Aparentemente son mujeres tremendamente hermosas y los hombres al mirarlas a los ojos se enamoran perdidamente. Las mujeres trolls se los llevan al bosque y nunca más se sabe de ellos. Allí abandonan su falsa apariencia y se transforman en lo que realmente son: trolls malvados.
Sí -continúo hablando la vendedora muy metida en su papel de cuenta cuentos-. Sí eres hombre ten cuidado cuando veas una mujer bonita, podría ser una mujer troll...
Para quien no conozca a los trolls que preste atención, sobre todo si van de campamento a un bosque, ya que hay que tomar ciertas precauciones cuando anochece. Cuando llega la oscuridad es mejor no salir, esconderse, encontrarse con un troll es peligroso y por supuesto, nada agradable. Son grandes y fuertes, tan fuertes como cincuenta hombres juntos, eso si, son un poco tontos y fáciles de engañar. Tienen muchos años, algunos tantos que ni recuerdan su edad. A veces discuten entre ellos y arman un escándalo insoportable, esto puede acarrearles problemas porque olvidan que va a amanecer y muchos acaban convertidos en piedras.
En Noruega viven tantos trolls en los bosques que tuvieron que firmar un contrato entre ellos y los humanos. Se decidió que lo justo para vivir en armonía era que durante seis meses al año fuera siempre de día y durante los otros seis meses fuera siempre de noche, de este modo la convivencia funcionaría mucho mejor. Durante los meses de día los trolls desaparecen y dejan vivir en libertad a los humanos y les permiten disfrutar de los bosques, pero con la llegada del invierno también llega la oscura y fría noche y los trolls son los reyes, ningún humano se atreve a adentrarse en el bosque helado en esa época del año.
Nunca olviden que hay que cuidar el bosque porque es el hogar de los trolls, si desaparece el bosque también desaparecen ellos. No son los mejores compañeros, huelen muy mal, son gruñones y algunos muy malos; pero también hay trolls buenos y se conocen situaciones en las que han salvado a los hombres de los peligros del bosque... Así, con cuidado si se encuentran con un troll…”


La quedé mirando sorprendido por lo que acababa de escuchar, le pagué el troll y salí de la tienda y la historia me quedó por un tiempo dando vueltas en la cabeza. Es la que les acabo de relatar.
Hasta el próximo post.

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