Revisando un álbum de fotografías de Oslo, Noruega, encontré
algunas fotos muy divertidas que les saqué a
unos trolls que vendían en una tienda, muy cerca del departamento donde estábamos
parando. Tanto me llamaron la atención que entré y compré uno. Pregunta va,
pregunta viene la vendedora me contó una pequeña historia. Aquí un pequeño
resumen, si la memoria no me falla:
“En el norte, cerca
del círculo polar, hay muchos trolls, han vivido siempre en el bosque y en las
montañas, están allí desde mucho antes de que llegaran los humanos. Hace
millones de años Noruega estaba cubierta de hielo, luego la tierra fue
cambiando poco a poco y aparecieron las montañas, los valles y los ríos... entonces
ahí, aparecieron los primeros trolls.
Son seres simpáticos, tienen una nariz larga, cola y huelen
a la legua a los humanos, les molesta mucho nuestro olor y suelen huir de
nosotros. Los hay con varias cabezas pero la mayoría tienen una sola. Viven en
cavernas, son muy ricos ya que se han pasado años acumulando tesoros y tienen
debilidad por las princesas. Hay trolls muy buenos que aman a los animales pero
también los hay muy malos y de estos les voy a hablar para que extremen
precauciones.
En el bosque a veces desaparecen hombres porque han tenido
mala suerte y se han encontrado con las mujeres trolls. Aparentemente son
mujeres tremendamente hermosas y los hombres al mirarlas a los ojos se enamoran
perdidamente. Las mujeres trolls se los llevan al bosque y nunca más se sabe de
ellos. Allí abandonan su falsa apariencia y se transforman en lo que realmente
son: trolls malvados.
Sí -continúo hablando la vendedora muy metida en su papel de
cuenta cuentos-. Sí eres hombre ten cuidado cuando veas una mujer bonita, podría
ser una mujer troll...
Para quien no conozca a los trolls que preste atención,
sobre todo si van de campamento a un bosque, ya que hay que tomar ciertas
precauciones cuando anochece. Cuando llega la oscuridad es mejor no salir,
esconderse, encontrarse con un troll es peligroso y por supuesto, nada
agradable. Son grandes y fuertes, tan fuertes como cincuenta hombres juntos,
eso si, son un poco tontos y fáciles de engañar. Tienen muchos años, algunos
tantos que ni recuerdan su edad. A veces discuten entre ellos y arman un
escándalo insoportable, esto puede acarrearles problemas porque olvidan que va
a amanecer y muchos acaban convertidos en piedras.
En Noruega viven tantos trolls en los bosques que tuvieron
que firmar un contrato entre ellos y los humanos. Se decidió que lo justo para
vivir en armonía era que durante seis meses al año fuera siempre de día y
durante los otros seis meses fuera siempre de noche, de este modo la
convivencia funcionaría mucho mejor. Durante los meses de día los trolls
desaparecen y dejan vivir en libertad a los humanos y les permiten disfrutar de
los bosques, pero con la llegada del invierno también llega la oscura y fría noche
y los trolls son los reyes, ningún humano se atreve a adentrarse en el bosque
helado en esa época del año.
Nunca olviden que hay que cuidar el bosque porque es el
hogar de los trolls, si desaparece el bosque también desaparecen ellos. No son
los mejores compañeros, huelen muy mal, son gruñones y algunos muy malos; pero
también hay trolls buenos y se conocen situaciones en las que han salvado a los
hombres de los peligros del bosque... Así, con cuidado si se encuentran con un
troll…”
La quedé mirando sorprendido por lo que acababa de escuchar,
le pagué el troll y salí de la tienda y la historia me quedó por un tiempo
dando vueltas en la cabeza. Es la que les acabo de relatar.
Hasta el próximo post.
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