lunes, 30 de septiembre de 2013

Perdí mi tren!



Ayer, llegué a la estación y por dos minutos perdí mi tren, así que me tocó esperar una hora. Una hora que de repente me pareció un mundo entero. Da rabia eso de llegar y ver partir el tren que se supone tenías que tomar, pero si llegás y sucede eso, supongo que es porque ese tren no te tocaba en suerte y el azar a veces hace que las cosas sean así. 
Lo que saqué en claro en esa hora fue:

Que me es imposible concentrarme en leer un libro porque prefiero observar todo lo que sucede a mi alrededor; están los que llegan, los que los esperan, los que se abrazan en un encuentro feliz, los que se abrazan y lloran, los que se van y están tristes y los otros que están alegres, los que no saben porque se van o porque llegan,  los que tienen ganas de ir al baño y se encuentran con que el baño está cerrado con llave porque lo están limpiando, los que se sientan en el bar a leer el diario y a tomar un café, o una cerveza, los que hablan por móvil, los pocos que hablan por teléfono público, los niños que corren, los padres que gritan, los que vienen cargados de valijas, los que sólo traen una mochila, los que reclaman al vigilante de seguridad un poco más de orden, los que exigen sus derechos, los que prefieren callar y los que simplemente como yo, sólo miran como la estación de tren tiene vida propia en esos largos minutos de espera hasta que salga el próximo tren.

Y lo más importante, la lección personal del día que fue el motivo por el que mi tren se fue sin mí, para que sacara esta conclusión, es que vivo acelerado y tengo que aprender a pisar el freno. En ello estoy.

2 comentarios:

Hisae dijo...

Si sacaste una conclusión positiva, da por buena la pérdida de ese tren. Además, el observar a las personas en los andenes, en los aeropuertos, el inventarnos su vida, es inspiración también para escritores.

Omar Magrini dijo...

Hola, Hisae, buenas tardes;
es verdad, siempre que veo a la gente que espera, o que pasa o a la que esta sentada en un andén o en una estación o parada, se me da por inventarle un pasado y un futuro y muchas veces las características de los personajes de mis cuentos salen de ahí, de esos personajes anonimos, son una fuente inagotable de inspiración.
Gracias por tu visita! Saludos!

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