Recorrido monumental
La visita a Chinchón se puede realizar de muy diversas maneras, pues es un pueblo pintoresco en sí mismo y que posee una gran variedad de edificios, monumentos y plazas dignos de conocer. Una de ellas es comenzar por el Convento de las Madres Clarisas, de estilo barroco español, que fue fundado en el XVII por el quinto conde de Chinchón, aunque se empezó a construir en el XVI. Acercándonos hacia el centro, encontramos la Ermita de San Roque, patrón de Chinchón, también de estilo barroco español.
Continuando hacia la Plaza Mayor, llegamos al Convento de San Agustín, que quedó constituido en el siglo XVII, y cuya parte habitada antaño por los Agustinos Calzados es ahora el Parador Nacional de Turismo de Chinchón. La Ermita de Nuestra Señora del Rosario, de estilo barroco, era la Iglesia del antiguo Convento.
La Plaza mayor, de gran interés y de arquitectura popular, es la más bonita de la comunidad, se puede observar que es típica de la Edad Media. Los edificios, cuyas primeras casas con soportales y balcones de madera se empezaron a construir en el siglo XV y se finalizaron en el XVII cerrando la plaza, tienen forma irregular y son de tres plantas. La plaza hace las veces de teatro y plaza de toros, y los espectáculos se ven desde las balconadas.
Subiendo por una estrecha calle empedrada, se accede a la Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción, de estilo gótico, que comenzó a edificarse en el XV y se terminó en el XVI. En 1808 las tropas de Napoleón la incendiaron y no se reconstruyó hasta 20 años más tarde. En ella se aprecian los distintos estilos arquitectónicos que la han afectado a lo largo de los siglos: gótico, plateresco, renacentista y barroco.
La Torre del Reloj, que formaba parte de la antigua Iglesia de Nuestra Señora de Gracia, construida en el siglo XV, que fue restaurada años después de que los franceses destruyeran la iglesia.
Para culminar en el Castillo de los Condes de Chinchón, de estilo renacentista, que debió construirse en el siglo XV, y fue arrasado en el XVI por el ataque de los comuneros. Años después lo reconstruyó el III Conde de Chinchón, y fue conservado hasta el XVIII, en que las tropas imperiales del Marqués de la Mina, lo destruyeron durante la guerra de Sucesión. Su último uso, hasta el siglo XX, fue como destilería de licores.
Imágenes de la Plaza Mayor.