miércoles, 27 de abril de 2011

Chinchón, un pueblo con encanto.

Chinchón es un pueblo con encanto, lleno de historia atesorada, que se encuentra emplazado dentro de la Comunidad de Madrid, a tan solo 45 kilómetros de la capital, destino habitual de los madrileños los fines de semana, que acuden a degustar sus platos y su vino. En su cultura alimenticia son famosos sobre todo su anís, pan, aceite, ajo, queso, y cultiva una variada y sabrosa gastronomía típicamente castellana entre la que destacan la sopa de ajo y los repápalos.

Recorrido monumental

La visita a Chinchón se puede realizar de muy diversas maneras, pues es un pueblo pintoresco en sí mismo y que posee una gran variedad de edificios, monumentos y plazas dignos de conocer. Una de ellas es comenzar por el Convento de las Madres Clarisas, de estilo barroco español, que fue fundado en el XVII por el quinto conde de Chinchón, aunque se empezó a construir en el XVI. Acercándonos hacia el centro, encontramos la Ermita de San Roque, patrón de Chinchón, también de estilo barroco español.

Continuando hacia la Plaza Mayor, llegamos al Convento de San Agustín, que quedó constituido en el siglo XVII, y cuya parte habitada antaño por los Agustinos Calzados es ahora el Parador Nacional de Turismo de Chinchón. La Ermita de Nuestra Señora del Rosario, de estilo barroco, era la Iglesia del antiguo Convento.

La Plaza mayor, de gran interés y de arquitectura popular, es la más bonita de la comunidad, se puede observar que es típica de la Edad Media. Los edificios, cuyas primeras casas con soportales y balcones de madera se empezaron a construir en el siglo XV y se finalizaron en el XVII cerrando la plaza, tienen forma irregular y son de tres plantas. La plaza hace las veces de teatro y plaza de toros, y los espectáculos se ven desde las balconadas.

Subiendo por una estrecha calle empedrada, se accede a la Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción, de estilo gótico, que comenzó a edificarse en el XV y se terminó en el XVI. En 1808 las tropas de Napoleón la incendiaron y no se reconstruyó hasta 20 años más tarde. En ella se aprecian los distintos estilos arquitectónicos que la han afectado a lo largo de los siglos: gótico, plateresco, renacentista y barroco.

La Torre del Reloj, que formaba parte de la antigua Iglesia de Nuestra Señora de Gracia, construida en el siglo XV, que fue restaurada años después de que los franceses destruyeran la iglesia.

Para culminar en el Castillo de los Condes de Chinchón, de estilo renacentista, que debió construirse en el siglo XV, y fue arrasado en el XVI por el ataque de los comuneros. Años después lo reconstruyó el III Conde de Chinchón, y fue conservado hasta el XVIII, en que las tropas imperiales del Marqués de la Mina, lo destruyeron durante la guerra de Sucesión. Su último uso, hasta el siglo XX, fue como destilería de licores.

Fuente: folletos oficina de turismo de Chinchón.





Imágenes de la Plaza Mayor.

martes, 19 de abril de 2011

LAS CASAS COLGADAS DE CUENCA.

El globo en la luna continúa viajando...

La ciudad de Cuenca, a 164 km al este de Madrid, siempre sorprende por su singular enclave en un entorno natural de espectacular belleza. La imagen de Cuenca está asociada al peñón que sustenta sus espectaculares casas colgadas y los impresionantes despeñaderos de Júcar y Huécar que la enmarcan dentro de un conjunto armónico único.
El 7 de diciembre de 1996 fue declarada por la UNESCO ciudad Patrimonio de la Humanidad. La provincia de Cuenca esta situada casi en el centro de España, en la Comunidad Autónoma de Castilla-La Mancha, es una de las que tiene mayor extensión superficial (17.044 kilómetros cuadrados) y, quizá por ello, una gran variedad paisajística y cultural. En la actualidad, la población provincial se encuentra situada en torno a las 200.000 habitantes.

La ciudad
El conjunto urbano se alza ostentoso en una perfecta combinación con el peñón que lo soporta, rodeado por dos grandes desfiladeros labrados y desgastados por las aguas de sus ríos Huécar y Júcar.

La contemplación de este espacio es sublime y deja al visitante gratamente sorprendido y prácticamente sin habla. La fachada de la quebrada de Huécar, desde la puerta de Valencia hasta las casas colgadas, presenta una variedad de construcciones, los conjuntos de viviendas populares del barrio de san Martín y los atrevidos balcones de las restauradas casas colgadas, continúa con los muros que se elevan al cielo con la incrustación de la piedra tallada directamente en roca maciza, la misma que soporta los edificios de la Catedral, del Palacio Episcopal, de las casas nobles de los Albornoz, de la iglesia de san Pedro, del antiguo edificio de la Inquisición y del Castillo.

Sobre el desfiladero del Huécar, en los miradores del barrio del Castillo, se tiene la mejor y más impactante vista panorámica de Cuenca. Se puede observar a la izquierda el Convento de san Pablo que actualmente es un Hotel Parador Nacional y a la derecha la Catedral de Cuenca, cuya construcción data de finales del siglo XII y es el ejemplo mas claro del gótico español, queda ubicada en el centro de la imagen.
También sobre el margen derecho se puede observar la iglesia de San Pedro, el Archivo histórico provincial que sirvió de prisión durante la Inquisición y la Guerra Civil, y más a la derecha restos del castillo árabe con orígenes en el siglo X.

La fachada de la quebrada de Júcar presenta una original visión de gradas de distintos tamaños provocado por la erosión durante millones de años. Sólo cuando gana altura, conecta con el núcleo urbano. Han quedado a la vista terrazas, miradores, plataformas antiguamente ocupadas por viviendas que no han soportado el paso del tiempo y que en la actualidad son zonas ajardinadas que permiten asomarse a la quebrada. Llama la atención la integración con el alto acantilado de sencillos edificios residenciales, que desde la puerta de san Juan y apoyados en la curva de nivel, descienden hasta el río en la Trinidad, junto al puente de san Antón.

Los edificios más conocidos de Cuenca son las Casas Colgadas, donde actualmente se aloja el Museo de Arte Abstracto Español en dos de ellas. Desde las Casas Colgadas se puede acceder al Convento de San Pablo (y al Hotel Parador) por el puente de hierro y madera del mismo nombre.
El Museo de Arte Abstracto Español de Cuenca, exhibe una exposición permanente de 127 pinturas y esculturas de artistas españoles de la generación abstracta de los años 50 y 60 además de otros autores de los 80 y 90.

Centro de recepción de Turistas.
Av. Cruz Roja 1 (16002) Cuenca
0034-969 24 10 50
www.turismocuenca.com

Fuente: Guía de Turismo de Cuenca

jueves, 14 de abril de 2011

viernes, 8 de abril de 2011

¿Por qué la Pascua cambia de fecha de un año al otro?

Anoche jueves hizo mucho pero mucho calor (los primeros son los que más se sienten dicen algunos), y vinieron unos amigos a cenar a casa; comimos en la terraza, muy livianito como siempre…, unas empanadas al horno (de carne y de pollo), ensaladas varias, helado de postre y agua mineral con gas.
Hablamos de viajes, de España, de la crisis, de los amigos que se quedaron sin trabajo, y un largo etc., pero salió el tema de la semana Santa y su fecha móvil.
Me llamó poderosamente la atención que dos de los invitados, muy religiosos ellos, que cursaron en sendos colegios católicos la primaria y la secundaria, no sabían porque la fecha de la semana Santa se mueve de aquí para allá, en el transcurso de un mes.
Entre los que estábamos tratamos de explicarles, pero Daniel se lució con sus conocimientos sobre el tema y este es un pequeño resumen de todo lo que dijo;

Primer dato clave: la fecha de la semana Santa varía entre el 22 de marzo y el 25 de abril, ya que tiene lugar el domingo siguiente a la primera luna llena tras el equinoccio de primavera del hemisferio norte.
Pero ¿por qué la celebración de la Pascua cambia de un año al otro o al otro? Ante todo, hay que tener en cuenta que la semana Santa se rige por el año litúrgico que, por tradición, se ajusta al ciclo lunar –que tiene meses de 28 días– y no al año solar, con algunos días más de diferencia.

¿Es verdad que la Pascua tiene un origen judío? Primitivamente, se trataba de una festividad agraria que se celebraba cuando se producía la primera luna llena tras el equinoccio de primavera. Y luego se le sumaron otros acontecimientos históricos, como la liberación del pueblo judío de los egipcios. El calendario hebreo tiene un almanaque lunisolar por el cual se rigen todas las festividades judías y esas diferencias entre los ciclos no existen. Se trata de un calendario que se basa tanto en el ciclo que realiza la Tierra alrededor del Sol, como el que describe la Luna alrededor de la Tierra, fundado en un algoritmo que permite predecir las fechas exactas de luna nueva, así como las distintas estaciones del año mediante cálculos matemáticos y astronómicos.

Y otro de los presentes acotó; "El Pésaj se celebra siempre el día 14 del primer mes judío, denominado mes de Nisán", que suele corresponderse con algún día de marzo o abril del calendario gregoriano, utilizado en el mundo occidental. En sus inicios, los primeros cristianos celebraban la Pascua de resurrección en coincidencia con el Pésaj. Pero, desde el Concilio de Nicea, en el año 325, los cristianos -luego de largos estudios y algunas disidencias entre los expertos astronómicos- decidieron separar la fecha de esta celebración y fijaron las siguientes condiciones: ya no sería el 14 de Nisán, como los judíos, sino un domingo.
Ese domingo en particular, además, debería ser el siguiente al plenilunio pascual (la primera luna llena boreal). La luna pascual es aquella, cuyo plenilunio tiene lugar en el equinoccio de primavera del hemisferio norte o inmediatamente después. Este equinoccio se produce el 21 de marzo.

-Bien. ¿Hasta aquí entienden? -preguntó Daniel. Y todos, sin que se les caiga un bocado de empanada de la boca, dijeron que sí.
-Continuo ¡y dejenme algo, no se coman todo! -dijo mirando los platos vacios...

La fecha de la Pascua, en el calendario actual de la Iglesia, es la más importante de todo el año, ya que regula todas las fiestas movibles y modifica los períodos litúrgicos, que la preceden y le siguen en forma inmediata. Y para terminar, siempre que llega a nuestras manos un almanaque de un nuevo año, lo primero que hacemos es fijarnos "cómo caen los feriados". Y la Pascua es la primera fecha que suele buscarse, este año el jueves santo cae 21 de abril y el 24 es el domingo de Pascua.

La gente lo mira no sólo porque cambia todos los años, sino también porque es una oportunidad para escaparse y disfrutar de unas minivacaciones.

Pero ese ya es tema para otro post. -¡Basta no hablo más!, queda una sola empanada y sino me apuro desaparece…

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