El domingo 21 de junio fuimos, con unos amigos que vinieron de París, a visitar la ciudad de Segovia (90 km aproximadamente al norte de Madrid) un día a pleno sol y cielo azul, como corresponde al comienzo del verano, con mucho calor, pero soportable. Corría entre las callejuelas de la ciudad medieval una brisa fresca en aquellos lugares con sombra y donde te agarraba el sol te castigaba con fuerza. Pero esto no fue impedimento para que muchos turistas (entre los cuales nos incluimos) disfrutaran de los encantos y la magia de esta capital castellana. Estuvimos toda la mañana caminando por este núcleo urbano donde los romanos dejaron un legado espectacular en el impresionante acueducto que es el más alto en España y uno de los mejor conservados en el mundo entero. Los romanos llegaron en 80 AC aproximadamente y se cree que el Emperador Trajan, uno de los gobernantes españoles del Imperio Romano, ordenó la construcción del acueducto hacia el final del Siglo I DC. El acueducto ha resistido los huracanes y los sismos y continuó llegando agua a la ciudad hasta 1950.
Los moros pusieron los cimientos de la fortaleza del Alcázar. Fue en el alcázar que Isabel de Castilla conoció a Fernando de Aragón, el principio de una sociedad real que unió los grandes reinos de España y marcó el comienzo de uno de los períodos más importantes en la historia del país. Cristóbal Colón visitó a Isabel en el Alcázar para pedir por su ayuda para sus viajes al Nuevo Mundo.
La catedral de Segovia también es otro de los monumentos que te dejan sin aliento, está en el centro de la ciudad y es impresionante. Construida por el arquitecto Juan Gil de Hontanon en estilo gótico entre 1522 y 1577, es considerada la última gran catedral gótica de toda Europa.
Después de la Guerra Civil Española (1936-39) una zona comercial y empresarial empezó a desarrollarse más allá de los antiguos muros de la ciudad y el turismo empezó a prosperar como una industria importante cuando Segovia estableció una reputación como una de las ciudades más hermosas e históricas de España.
Cerca de las 3 de la tarde nos sentamos a comer algo, unas ensaladas y mucho agua mineral. Mientras hacíamos la sobremesa hablábamos y comentábamos lo impactante del acueducto, que, según dicen los folletos, no tiene argamasa entre las piedras, están puestas a presión unas con otras.
Y como siempre que vemos estas obras monumentales de miles de años, surge la pregunta ¿Cómo hicieron para hacerlo hace 2000 años? ¿Había ingenieros hidráulicos en esa época? En fin, preguntas sin respuesta en un día de comienzo de verano en Segovia, Ciudad Patrimonio de la humanidad.
Fotos de arriba hacia abajo:
Acueducto.
Catedral.
Callecita medieval.
El Alcázar.
Acueducto
El próximo post, desde la helada ciudad de Buenos Aires. Hasta pronto.